¿Cuándo ir al podólogo?
Existen numerosas ocasiones en las que este profesional puede ayudarnos, pero quizá no tenemos claro todavía cuándo ir al podólogo. En este artículo te explicamos los momentos clave en los que debes pedir cita.
Si has llegado hasta aquí es posible que estés buscando un podólogo cerca de Las Rozas o bien un podólogo en Majadahonda. Con más de 28 años de experiencia en el sector, conocemos bien las preocupaciones y necesidades de nuestros pacientes. Por eso hoy vamos a repasar las razones por las que acudir a nuestra clínica.
No tengo claro cuándo ir al podólogo
La primera razón, y la más básica, por la que pedir cita en el podólogo es la aparición de alguna afección como:
- Callos
- Juanetes
- Dedos en martillo
- Fascitis plantar
- Hongos, etc.
Sin embargo, el momento de acudir a consulta si no presentamos ninguna dolencia, puede ser más difícil de identificar.
Cuando sentimos molestias, dolor o podemos ver una herida o una malformación, está muy claro que necesitamos acudir a un profesional. Lo que resulta complicado es relacionar otras patologías corporales con nuestros pies.
Una mala pisada puede afectar a todo nuestro cuerpo y provocar lesiones de espalda, cadera, rodilla, tobillo…
¿Y si soy deportista?
Tanto si practicas deporte regularmente como si no, revisar tu pisada es imprescindible para garantizar una alta calidad de vida.
No importa la edad que tengas, no debes esperar para revisar tu forma de pisar. La podología puede ayudar enormemente, y de manera complementaria, a tratar el cuerpo como un todo.
En el caso de las personas deportistas, la podología logra evitar posibles alteraciones de nuestras estructuras que puedan convertirse en lesiones. Además, aumentará el rendimiento de la práctica.
¿Los niños también van al podólogo?
Por supuesto, es muy importante que los niños acudan a consulta en sus etapas de crecimiento.
Etapas en las que ir al podólogo
- Sobre los 3-4 años: si no hay nada que alarme a los padres o al pediatra previamente, esta edad es ideal para una primera revisión. Es en este momento en el que los núcleos de osificación se han formado y podemos ver y corregir posibles anomalías.
- Sobre los 8-9 años: a esta edad los niños comienzan a tener un patrón de marcha similar al de los adultos. Nos resultará sencillo ver si el niño camina de manera anómala.
- Adolescencia: además de la revolución hormonal propia de estos años, se producen cambios importantes en el sistema musculoesquelético. Es muy importante realizar una exploración de pie y postura en este momento.
- Adultos y tercera edad: reumatismos, artrosis, diabetes, corrección de la pisada… son algunas de las razones que nos indican cuándo acudir a consulta en la edad adulta. Además, con los años vamos perdiendo movilidad, por lo que la higiene del pie se dificulta. En estos casos, un profesional es quien mejor puede ayudarnos.
En definitiva, cuándo ir al podólogo es una pregunta de sencilla respuesta: de manera regular. De esta forma cuidamos todo nuestro cuerpo, evitamos lesiones y preservamos nuestra salud.